Los poemas de Benedetti y su devoción por Juaquín Sabina me devolvieron la fe.

Después de cinco meses de ausencia, vuelvo para seguir compartiendo a través de líneas lo que soy . Solo uno de ustedes mis lectores ocultos va a sorprenderse cuando descubra que ésta entrada habla de él; pero por ahora es la única manera que tengo para agradecerle todo lo que ha hecho por mí, todo lo que me ha enseñado desde ese Jueves 8 de Febrero de 2018 a las 10 y algo de la mañana . Aquel personaje llegó para cambiar muchas cosas en mi vida. Sobre todo para devolverme la fe en mí misma. No sé si sea exagerado decir que todos en algún instante de nuestra existencia, nos hemos encontrado de frente con circunstancias que nos destrozan no solo por ser inesperadas, sino también porque no tenemos la madurez suficiente para poder asimilarlas. Durante ese momento en el que me costaba comprender que muchas veces las personas que decían quererme tanto no eran sinceras conmigo, y pensaba que ahí se acababa el mundo, Dios es lo más maravilloso que puedo tener en el corazón; porque justo en esas situaciones te presenta en el camino a quienes yo llamo: Angelitos . Para algunos que me refiera así a una persona le parecerá demasiado extraño; pero ese es el título que les da mi corazón; no lo elijo yo. Solo me encargo de que lo sepan. Su nombre es: Camilo Palacio. Lo que me impactó desde el primer segundo es la seguridad en sí mismo que puede llegar a transmitir desde que saluda, es demasiado inteligente y sus gustos musicales son como suelo decir: A otro nivel. De verdad que es así. No se si sea porque le encanta la literatura y por eso es tan selectivo con las letras. Su forma de ver la vida se la debe a aquel que idolatra como a ninguno, aquel que le ha enseñado como es la realidad a través de canciones autobiográficas sin importar nada más que su sentir. Es: El maestro Juaquín Sabina. Quien es una genialidad de poeta e intérprete. Las 3 canciones que más recuerdo, que me ha presentado, y que me encantan son: 1 . Dieguitos y mafaldas. 2 . Posdata. 3 . A ti que te lo haces. Él me enseñó a darle un sentido más profundo a lo que escucho y honestamente cada vez me doy cuenta que para escribir se necesita mucho más que buena ortografía. Para escribir, hay que ser coherente. Tiene un corazón capaz de conquistar y dejar huellas demasiado imborrables. La poesía es su mejor cómplice; con ella puede romper todas las barreras y temores. No me lo han preguntado; pero a él siempre lo voy a recordar por el libro más precioso qué me he podido leer en la vida: La Tregua de Mario benedetti, y además en mi mente van a estar poemas como: No te salves, Corazón coraza, y el cuento: La moche de los feos. Es un hombre demasiado opuesto a lo que soy yo. Sin embargo, con el no tengo prevención alguna; porque tengo la fortuna de ser completamente transparente, sin miedo a sentirme cuestionada; todo lo contrario. Gracias a los Dioses de las coincidencias por haberte puesto en mi camino, gracias por ser siempre tu, gracias por enseñarme un nuevo significado del arte, gracias por dejarme descubrir a diario tu mundo al revés, gracias por tus sabios consejos, gracias por escucharme, gracias por todo y por tanto. En mi corazón tienes un espacio demasiado enorme solo para ti. Te quiero un montón. Si te gustó, házmelo saber en los comentarios. Gracias por leerme!

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